domingo, 15 de febrero de 2009

JUAN L ORTIZ

PARA QUE LOS HOMBRES Para que los hombres no tengan verguenza de la belleza de las flores, para que las cosas sean ellas mismas: formas sencibles o profundas de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo por penetrar el mundo, con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños, o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento, para que podamos mirar y tocar sin pudor las flores, sí, todas las flores y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada, para que las cosas no sean mercancías, y se abra como una flor toda la nobleza del hombre: iremos todos hasta nuestro extremo limite, nos perderemos en la hora del don con la sonrisa anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra. (Juan. L. Ortiz)

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